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Unity podría provocar un nuevo tipo de ataque mucho más dañino que el review bombing
Debido al nuevo sistema de cobro por instalación de Unity, los haters ahora podrían sumar al review bombing un nuevo ataque mediante reinstalaciones masivas. Si Unity no lo impide, cobraría una gran cantidad de dinero a las productoras de videojuegos que usen su motor, provocándoles la ruína.
Publicado: 2023-09-26 00:35
Unity, el popular motor gráfico utilizado por miles de creadores de videojuegos, ha anunciado un cambio en su modelo de negocio que ha generado una gran polémica en la comunidad. A partir del 1 de enero de 2024, cobrará una tarifa por cada vez que un juego hecho con su plataforma sea instalado por un usuario final, incluso si lo instala el mismo usuario y en el mismo equipo, siempre que el juego supere ciertos umbrales de ingresos y de descargas. Esta medida ha sido vista como un ataque a la rentabilidad y la viabilidad de los proyectos independientes y de bajo presupuesto, que podrían verse afectados por nuevas prácticas maliciosas muy dañinas, como las reinstalaciones masivas, que se sumaría al común ataque del review bombing.
¿Qué es el review bombing y cómo afecta a los desarrolladores?
El review bombing es una práctica consistente en dejar valoraciones negativas masivas a un producto, generalmente en plataformas digitales como Steam, con el fin de dañar su reputación o protestar por alguna decisión de sus creadores. Esta práctica puede tener consecuencias negativas para los desarrolladores, ya que puede afectar a la visibilidad, las ventas y el algoritmo de recomendación de sus juegos. El caso más reciente lo encontramos en Starfield que, según la crítica, consiguió una puntuación en Metacritic de 8,7 mientras la valoración de los usuarios era de 5,6 por dicho ataque.
¿En qué consistiría el nuevo ataque?
El review bombing podría ser poco más que un chiste en comparación con el efecto aún más perjudicial que tendrían las reinstalaciones masivas con el nuevo sistema de cobro de Unity. Según este modelo, los desarrolladores tendrán que pagar una tarifa a Unity cada vez que su juego sea instalado por un usuario final, siempre que hayan superado unos umbrales mínimos de ingresos y de descargas en los últimos 12 meses. Estos umbrales varían según el plan de suscripción a Unity que tenga el desarrollador. El problema radica en que un usuario puede hacer decenas de reinstalaciones al día, con lo que por cada una de ellas la desarrolladora del videojuego debería pagar a Unity una cantidad de dinero.
Teniendo en consideración que la mayoría del precio de los videojuegos se va en impuestos y en el pago de los gastos de desarrollo, la cantidad de reinstalaciones necesarias para provocar pérdidas significativas es muy pequeña. Esto es especialmente grave en el caso de los juegos gratuitos, ya que un ataque de este tipo implicaría que la desarrolladora tendría que afrontar unos gastos sin obtener ningún ingreso, provocando que algunos juegos desaparezcan para no arruinar a sus desarrolladores.
Conclusión
Recordemos que este caso se trata de un ataque supuesto que no ha ocurrido hasta ahora, sin embargo podría ocurrir. Tan solo nos queda ver si Unity pone las medidas oportunas y suficientes para evitar que este tipo de ataque se convierta en realidad ya que, como hemos visto en casos como el review bombing, los usuarios maliciosos no tienen remordimientos por hacer el mayor daño posible.
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