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El universo de los videojuegos

La compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft ha sido una de las operaciones más importantes y sorprendentes del mundo de los videojuegos. Por 68.700 millones de dólares, Microsoft se ha hecho con una de las mayores editoras del sector, que cuenta con franquicias tan populares como Call of Duty, Warcraft, Overwatch o Candy Crush. Esta adquisición supone un enorme impulso para el ecosistema Xbox y su servicio de suscripción Game Pass.

​Pero la compra de Activision Blizzard también implica una serie de cambios internos en la organización de Microsoft Gaming, el segmento que engloba todas las actividades relacionadas con los videojuegos dentro de la compañía. En un mensaje interno, Phil Spencer, el máximo responsable de Microsoft Gaming, ha anunciado una reorganización del equipo que dirige la división Xbox, con el objetivo de integrar mejor a los nuevos estudios adquiridos y prepararse para el futuro.

​Uno de los cambios más destacados es el ascenso de Sarah Bond como presidenta de Xbox. Bond entró en Microsoft en 2017 como vicepresidenta ejecutiva y se encargó de liderar el ecosistema de creadores y jugadores, así como la estrategia y planificación de negocio. Desde entonces, ha sido una pieza clave en el crecimiento y la expansión de Xbox, impulsando iniciativas como el programa ID@Xbox para apoyar a los desarrolladores independientes, la plataforma xCloud para el juego en la nube o las alianzas con otras compañías como Samsung o Spotify.

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​Como presidenta de Xbox, Bond tendrá la responsabilidad tanto del hardware como del software, incluyendo el futuro de la plataforma y la ingeniería. También se ocupará del desarrollo de los datos y las analíticas de negocio. Bond reportará directamente a Phil Spencer, que seguirá siendo el CEO de Microsoft Gaming.

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​Otro cambio importante es el de Matt Booty, que hasta ahora era el jefe de Xbox Game Studios, el grupo que engloba a los estudios internos de Microsoft. Booty pasará a ser el presidente de contenido y estudios, lo que implica que además de supervisar a Xbox Game Studios también lo hará con ZeniMax y Bethesda, las compañías que Microsoft compró en 2020 por 7.500 millones de dólares. De esta forma, Booty tendrá bajo su mando a más de 40 estudios, entre los que se encuentran algunos tan prestigiosos como 343 Industries (Halo), The Coalition (Gears of War), Playground Games (Forza Horizon), Obsidian (The Outer Worlds), Ninja Theory (Hellblade), Rare (Sea of Thieves), Arkane (Dishonored), id Software (Doom) o MachineGames (Wolfenstein).

​Booty tendrá el reto de coordinar a todos estos estudios para ofrecer un catálogo variado y de calidad para Xbox y Game Pass. También tendrá que lidiar con algunos problemas recientes, como el retraso y las críticas al juego cooperativo Redfall, desarrollado por Arkane Austin. Además, tendrá que integrar a los nuevos estudios procedentes de Activision Blizzard, entre los que se encuentran Infinity Ward, Treyarch, Sledgehammer Games o Blizzard Entertainment.

​Estos cambios en la dirección de Xbox reflejan la ambición y el compromiso de Microsoft con los videojuegos, un sector que cada vez tiene más peso dentro de la compañía. Más allá de las ventas de hardware, Microsoft está apostando por un modelo de negocio basado en el software y los servicios, donde Game Pass es el pilar fundamental. Este servicio, que ofrece acceso ilimitado a más de 300 juegos por una cuota mensual, se ha convertido en el principal atractivo de Xbox y en una fuente de ingresos recurrente. Con la compra de Activision Blizzard, Microsoft espera aumentar el valor y el catálogo de Game Pass, incorporando juegos tan populares como Call of Duty, que es la franquicia más vendida del año desde hace una década.

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​La reorganización de Xbox también responde a la necesidad de adaptarse a un mercado cada vez más competitivo y cambiante, donde los videojuegos se consumen de diferentes formas y en diferentes dispositivos. Microsoft quiere ofrecer una experiencia integrada y accesible para los jugadores, independientemente de si juegan en una consola, un PC o un móvil. Para ello, cuenta con la tecnología de xCloud, que permite jugar en streaming desde cualquier lugar con una conexión a internet. También tiene alianzas con otras plataformas como Steam o Nintendo Switch, donde ha lanzado algunos de sus juegos.