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Estudiante de Florida se enfrenta a 30 años de cárcel por agredir a una maestra que le quitó su Nintendo Switch
Un joven de 18 años se declaró culpable de delito grave por agresión agravada contra una asistente de maestro en una escuela secundaria de Palm Coast. El motivo del ataque fue que le fue confiscada su consola de videojuegos en plena clase.
Imagen alojada en dailymail.co.uk
Publicado: 2023-11-04 00:00
El caso de Brendan Depa ha conmocionado a la opinión pública por la brutalidad del ataque y la posible condena que podría recibir el estudiante. Según las leyes de Florida, Depa podría enfrentarse a una pena de hasta 30 años de prisión por agredir a un funcionario de la junta escolar, un delito grave de primer grado. El juicio está previsto para enero de 2024 y el joven será juzgado como adulto.
Los hechos ocurrieron el 21 de febrero de 2023 en la escuela secundaria Matanzas, ubicada en Palm Coast, en el condado de Flagler. Según los informes policiales, Depa estaba jugando con su Nintendo Switch en plena clase, cuando la asistente de maestro Joan Naydich, de 57 años, le quitó el dispositivo. Esto provocó la ira del estudiante, que supera los dos metros de estatura y pesa más de ciento veinte kilos, arremetiese contra la mujer a golpes y patadas.
El video de la cámara de seguridad muestra cómo Depa tira al suelo a Naydich y luego la pisa, la patea y la golpea en la cabeza y el cuerpo. La mujer queda inconsciente y sangrando en el suelo, mientras que Depa sigue agrediéndola. Se necesitaron cuatro personas para sacar al estudiante de encima de la víctima y detener el ataque.
La Oficina del Sheriff del Condado de Flagler respondió a una llamada de emergencia y encontró a la asistente de maestro con heridas graves. Naydich sufrió dos costillas rotas y varios hematomas, y tuvo que ser trasladada al hospital. Depa fue arrestado y entregado al Departamento de Justicia Juvenil del estado. La oficina del sheriff calificó el ataque de "absolutamente horrendo y completamente innecesario" y expresó su deseo de que la víctima pudiera recuperarse tanto física como mentalmente.
El reciente 30 de octubre de 2023, Depa, que ya había cumplido 18 años, se presentó ante el tribunal y se declaró culpable del cargo de delito grave por agresión agravada. El juez Terrence Perkins dictaminó que Depa debería ser juzgado como adulto y le impuso una fianza de un millón de dólares. El abogado de Depa, Kurt Teifke, alegó que su cliente es autista, mientras espera el juicio en la cárcel del condado de Flagler.
La familia de Depa quería evitar una sentencia de cárcel y conseguirle tratamiento y libertad condicional, argumentando que el joven tiene necesidades especiales y que temían por su condición. Sin embargo, el psicólogo designado por el tribunal afirmó que Depa es competente y que el juicio podía continuar. Además, se reveló que Depa tiene tres cargos anteriores por delitos menores de agresión, todos en el año 2019, y que ha vivido en varios hogares de acogida.
Por su parte, Naydich se negó a ayudar a la defensa a aligerar la pena para el estudiante. La mujer se le concedió una orden judicial permanente de alejamiento contra Depa, para evitar que se repita este tipo de conductas violentas. Una campaña de GoFundMe se ha creado para recaudar dinero para los gastos médicos y la recuperación de Naydich, que hasta el momento ha recibido $79 mil dólares de los $80,000 que se habían puesto como meta.
El caso de Depa ha generado un debate sobre la influencia de los videojuegos en el comportamiento de los jóvenes y la necesidad de regular su uso. Algunos expertos han señalado que los videojuegos pueden tener efectos positivos en el desarrollo cognitivo, la creatividad y la socialización de los niños y adolescentes, siempre que se utilicen de forma moderada y responsable. Otros, en cambio, han advertido que los videojuegos pueden provocar adicción, aislamiento, violencia y problemas de salud mental, especialmente si se trata de juegos violentos o inapropiados para la edad.
Según un estudio de la Universidad de Oxford, publicado en noviembre de 2020, no hay evidencia de que el tiempo que se pasa jugando a videojuegos afecte al bienestar de los niños. El estudio se basó en los datos de más de 3,000 niños de entre 10 y 15 años, que jugaron a Animal Crossing: New Horizons y Plants vs Zombies: Battle for Neighborville. Los investigadores encontraron que los niños que jugaban más tiempo se sentían más felices y satisfechos con sus vidas, y que el factor clave era la motivación y el disfrute de los juegos, no la cantidad de horas.
Sin embargo, otros estudios han mostrado resultados diferentes. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Montreal, publicado en diciembre de 2017, encontró que los adolescentes que jugaban a videojuegos violentos durante tres años mostraban una disminución de la empatía y una mayor propensión a la agresión. El estudio se basó en los datos de 3,713 adolescentes de entre 13 y 14 años, que jugaron a juegos como Call of Duty, Grand Theft Auto y Halo. Los investigadores concluyeron que los videojuegos violentos pueden alterar el desarrollo cerebral de los jóvenes y afectar a su comportamiento social.
En este sentido, algunos expertos han recomendado a los padres y educadores que supervisen el uso de los videojuegos por parte de los niños y adolescentes, y que establezcan límites de tiempo y contenido. También han sugerido que se fomenten los videojuegos educativos, que tienen como principal característica la aportación de un valor añadido al proceso lúdico que suele estar relacionado con aspectos como la concienciación, la denuncia social o la política. Estos pueden contribuir al desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colaboración y la ciudadanía.
El caso de Depa es un ejemplo extremo de lo que puede ocurrir cuando se abusa de los videojuegos y se pierde el control de las emociones. No se puede atribuir la responsabilidad del ataque únicamente a los videojuegos, ya que hay otros factores personales, familiares y sociales que pueden influir en el comportamiento de un individuo. Sin embargo, tampoco se puede ignorar el papel que pueden tener los videojuegos en la formación de la personalidad y la moral de los jóvenes. Por eso, es necesario promover un uso responsable y consciente de los videojuegos, que sea compatible con el bienestar y el desarrollo integral de los niños y adolescentes.
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