EXOJUEGO — El periódico de videojuegos con noticias, compras y apoyo a la comunidad

El videojuego de E.T. el extraterrestre fue una apuesta arriesgada de Atari, la compañía líder en el mercado de los videojuegos domésticos en los años 80. Atari había conseguido los derechos para adaptar la película de Steven Spielberg, que había sido un éxito de taquilla en todo el mundo, y esperaba vender millones de unidades aprovechando la popularidad del personaje. Sin embargo, el desarrollo del juego fue muy apresurado y lleno de problemas.

​Imagen inicial del videojuego.

​Atari tuvo que desembolsar 21 millones de dólares por los derechos del juego, una cifra récord en la época, y solo le dio cinco semanas al diseñador Howard Scott Warshaw para crearlo, ya que debía de estar listo para la campaña de Navidad de 1982. Warshaw era un programador experimentado que había trabajado en otros juegos exitosos de Atari, como Yars' Revenge y Raiders of the Lost Ark, pero el plazo que le impusieron era muy corto para hacer un juego de calidad. Además, Atari le dio muy poca libertad creativa y le exigió que siguiera unas directrices muy estrictas.

​Steven Spielberg aprobó el videojuego que le presentó Howard Scott Warshaw a pesar de su baja calidad debido al escaso margen de tiempo para su desarrollo. Imagen alojada en bbc.com.

​A pesar de todo, fue presentado a Spielberg, quien lo aprobó con algunas sugerencias, y entró en producción masiva. Consistía en guiar al extraterrestre E.T. por distintas pantallas para recoger las piezas de un teléfono interplanetario que le permitiría contactar con su planeta natal. Tenía un aspecto gráfico muy pobre, incluso para los estándares de la época, y una jugabilidad muy frustrante. Se caía constantemente en unos pozos que había que evitar, y tenía que usar sus poderes telequinéticos para salir de ellos. Además, debía esquivar a unos agentes del gobierno y a un científico que querían capturarlo, y contar con la ayuda de Elliot, el niño protagonista de la película, que le traía caramelos para recargar su energía.

​Uno de los aspectos más criticados fueron sus gráficos.

​Las críticas fueron muy negativas: el juego era confuso, aburrido y frustrante. Los gráficos eran pobres, la jugabilidad era deficiente y los errores eran frecuentes. Los jugadores se quejaban de caer constantemente en los pozos y no poder salir, o de ser capturados por los agentes del gobierno que perseguían a E.T. El juego no tenía nada que ver con la magia y la emoción de la película, y decepcionó tanto a los fans como a los críticos.

​Los usuarios se sintieron engañados por un videojuego que costaba 39,95 dólares. Imagen alojada en gamehistory.org.

​Los usuarios se sintieron engañados por la publicidad que prometía una experiencia fiel a la película, y devolvieron el juego en masa a las tiendas. Atari había producido más de cuatro millones de cartuchos, confiando en que se venderían todos, pero solo logró vender 1,5 millones. El resto quedó en los almacenes de la compañía, que no sabía qué hacer con ellos, lo que supuso unas pérdidas estimadas entre 100 y 200 millones de dólares.

​Las críticas fueron muy duras. Imagen alojada en gamehistory.org.

​La solución que encontró Atari fue deshacerse de los cartuchos sobrantes de la forma más barata posible: enterrarlos en un vertedero de Alamogordo, Nuevo México, y cubrirlos con una capa de hormigón. La operación se realizó en septiembre de 1983, y fue presenciada por algunos periodistas y curiosos que se acercaron al lugar. Sin embargo, Atari nunca reconoció oficialmente el hecho, y con el paso del tiempo se convirtió en una leyenda urbana que muchos dudaban de su veracidad.

​

 ▶ 

​El misterio se resolvió en 2014, cuando la excavación fue parte de un documental titulado Atari: Game Over, dirigido por Zak Penn y producido por Microsoft para su plataforma Xbox Live. Tras el permiso de las autoridades locales, se excavó en el vertedero y se encontraron los restos de los cartuchos de E.T., junto con otros juegos y consolas de Atari. En ella participaron varios expertos, periodistas y aficionados, así como el propio Warshaw, quien acudió al lugar para ver si se encontraban sus cartuchos enterrados.

​

En el vertedero se encontraron además muchísimos otros títulos distintos a E. T.

​El hallazgo confirmó que la historia era cierta, y que Atari había enterrado cientos de miles cartuchos de diversos títulos, de los cuales solo el 10% eran de E.T. Según James Heller, el antiguo gerente de Atari que estuvo a cargo del entierro, se deshicieron de unos 728.000 cartuchos de distintos títulos. Marty Goldberg, coautor del libro Atari Inc.: Business Is Fun, añadió que el vertedero era en realidad una limpieza del stock sobrante de la planta de fabricación de Atari en Texas, que incluía no solo cartuchos, sino también consolas y piezas de ordenador.

​Detalle de uno de los envoltorios desechados en el vertedero.

​El hallazgo del vertedero puso fin a una de las leyendas más famosas de los videojuegos, y dio un nuevo significado al fracaso de E.T. el extraterrestre. El juego pasó de ser un símbolo de la decadencia y la codicia de Atari a ser un objeto de culto y una pieza de historia. Algunos de los cartuchos recuperados fueron subastados o donados a museos, llegándose a pagar más de 1.500 dólares por cada uno. Otros fueron conservados por Warshaw, quien dijo sentirse orgulloso de su trabajo y de haber creado el juego más infame de todos los tiempos.

​El videojuego se desarrolló para la consola Atari 2600. Actualmente podemos encontrar en Amazon la Atari 2600+ por [actualizando precio...].

​El videojuego de E.T. el extraterrestre es considerado como uno de los símbolos del declive de Atari y de la industria de los videojuegos en general en 1983. La saturación del mercado, la falta de calidad y la competencia de las consolas japonesas provocaron una crisis que afectó a muchas empresas y que cambió el panorama del sector. También fue uno de los ejemplos más notorios de cómo una mala adaptación de una película podía arruinar la reputación de una compañía y decepcionar a los fans. A pesar de todo, ha adquirido un estatus de culto entre los coleccionistas y los aficionados a la historia de los videojuegos, que lo ven como una pieza única y curiosa de la cultura popular, aún siendo considerado uno de los peores juegos de todos los tiempos.

​Sin duda, Atari E. T. no se ganó un gran puesto de popularidad y calidad, pero sí un gran lugar en la historia de los videojuegos.