El proceso judicial surge tras años de denuncias por parte de empleados y sindicatos, quienes señalaron un patrón sistemático de acoso moral y sexual dentro de la compañía. Los acusados, Serge Hascoët, exdirector creativo y considerado el número dos de Ubisoft; Thomas François, exvicepresidente del departamento editorial; y Guillaume Patrux, exdirector de juegos, enfrentan cargos que incluyen insultos, humillaciones y comportamientos degradantes hacia empleados, según informes judiciales.

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​Las primeras denuncias salieron a la luz en 2020, cuando empleados de Ubisoft compartieron testimonios anónimos en redes sociales y medios como Libération. Estas revelaciones llevaron a investigaciones internas y a la dimisión o despido de los acusados. Según los informes, los comportamientos denunciados incluyen comentarios racistas, homófobos y sexistas, así como actos de humillación pública y acoso sistemático.

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Caso Ubisoft: Cómo llegó hasta su crisis financiera. Vídeo del canal de YouTube de Player Reset.



​El sindicato Solidaires Informatique, que representa a trabajadores del sector tecnológico, ha jugado un papel clave en llevar el caso a los tribunales. En 2021, presentó una denuncia formal alegando que las prácticas tóxicas eran parte de una cultura institucional en Ubisoft, diseñada para proteger a los agresores en lugar de a las víctimas.

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Cómo Ubisoft pasó de ser el rey del gaming a estar en la ruina. Vídeo del canal de YouTube de Zedman.



​El juicio, que se celebrará en el tribunal correccional de Bobigny, examinará incidentes ocurridos entre 2012 y 2020. Durante este periodo, los acusados presuntamente utilizaron su posición de poder para perpetuar un ambiente laboral hostil. Entre las acusaciones más graves se encuentran intentos de agresión física y verbal, así como la promoción de comportamientos abusivos entre subordinados.

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​Este juicio ha generado un debate significativo dentro de la industria de los videojuegos, poniendo el foco en la cultura laboral de grandes estudios como Ubisoft. Diversos expertos han señalado que, aunque este caso es particularmente grave, no es un fenómeno aislado en el sector. La industria, caracterizada por largas horas de trabajo y una alta competitividad, ha sido criticada durante años por prácticas laborales cuestionables.

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El gran problema de Ubisoft es que nadie confía en ellos. Vídeo del canal de YouTube de GarrusPlay.



​En respuesta a estas acusaciones y al juicio, Ubisoft ha implementado cambios estructurales en su organización. Entre las medidas anunciadas, destacan la revisión de sus políticas internas y la contratación de especialistas externos para promover un ambiente laboral más seguro y respetuoso. Sin embargo, críticos argumentan que estas iniciativas podrían no ser suficientes para abordar problemas profundamente arraigados en la cultura corporativa.

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Ubisoft está en su peor momento. Vídeo del canal de YouTube de BaityBait.



​Las declaraciones en el tribunal han puesto de manifiesto el alcance del daño causado, destacando la necesidad de un enfoque más proactivo por parte de las empresas para proteger a sus empleados. Benjamin Bohbot, abogado de una de las víctimas, ha señalado que estas experiencias han dejado cicatrices emocionales profundas, afectando tanto la vida personal como profesional de las personas implicadas.

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​El sindicato Solidaires Informatique continúa desempeñando un papel importante en el seguimiento de este caso, abogando por mayores protecciones legales para los trabajadores del sector tecnológico. Según representantes del sindicato, el juicio podría marcar un precedente importante para futuros casos de acoso y mala gestión en la industria. Este juicio no solo refleja un ajuste de cuentas dentro de la empresa, sino que también plantea cuestiones más amplias sobre la responsabilidad corporativa en la industria de los videojuegos.