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Donald Mustard comenzó su trayectoria en el mundo de los videojuegos en 1998, cuando fundó junto a su hermano Geremy la empresa Terminal Reality. Allí trabajó como diseñador en juegos como BloodRayne, Nocturne o Advent Rising. En 2008, Terminal Reality fue adquirida por Epic Games, y Mustard pasó a formar parte de Chair Entertainment, un estudio subsidiario de Epic. En Chair, Mustard fue el director creativo de juegos como Undertow, Shadow Complex o la saga Infinity Blade para iPhone.

​Sin embargo, el mayor logro de Mustard fue sin duda Fortnite, el juego que revolucionó el género del battle royale y se convirtió en un fenómeno de masas con millones de jugadores en todo el mundo. Mustard fue el encargado de supervisar la historia y los eventos que definieron cada temporada del juego, así como las colaboraciones con otras franquicias como Marvel, Star Wars o PlayStation. También fue el impulsor del concepto del metaverso, una idea que consiste en crear un espacio virtual compartido por diferentes personajes y mundos.

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​En su mensaje de despedida, Mustard ha agradecido a Tim Sweeney, el fundador y CEO de Epic Games, la oportunidad de trabajar en la compañía y ha asegurado que los equipos están en las mejores manos y están trabajando en cosas enormes y asombrosas. Mustard no ha revelado cuáles son sus planes para el futuro, pero ha indicado que quiere pasar tiempo con su esposa y su familia. Sweeney también ha respondido al tuit de Mustard, dándole las gracias por sus increíbles momentos y logros en Epic.

​La salida de Mustard supone una pérdida importante para Epic Games, que tendrá que buscar un sustituto para el puesto de director creativo. Por el momento, se desconoce quién será el encargado de tomar las riendas de Fortnite y de otros proyectos de la compañía. Lo que está claro es que Mustard ha dejado una huella imborrable en la historia de los videojuegos y que su legado seguirá vivo en Fortnite y en otros títulos que han bebido de su visión.