Microsoft ha anunciado este jueves que despedirá a 1.900 empleados de su división de videojuegos, que cuenta con 22.000 personas en total. El recorte afecta al 8% de la plantilla y se produce tres meses después de la compra de Activision Blizzard, la empresa detrás de franquicias como Call of Duty, Diablo o Candy Crush, por 60.000 millones de dólares.

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​La decisión se enmarca en un plan para tener una estructura de costes sostenible y seguir invirtiendo en áreas que hagan crecer su negocio y apoyen su estrategia de traer más juegos a más jugadores en todo el mundo, según ha explicado Phil Spencer, el jefe de juegos de Microsoft.



​Spencer ha calificado la medida de «dolorosa» y ha asegurado que los afectados recibirán las indemnizaciones por despido previstas en la legislación laboral local. Además, ha agradecido su «creatividad, pasión y dedicación» aportada a los juegos, a los jugadores y a los colegas, y les ha prometido que les dará «pleno apoyo» durante la transición. «Serán tratados con el respeto y la compasión consistentes con nuestros valores», ha afirmado.

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​La mayoría de los despedidos son trabajadores de Activision Blizzard, que atraviesa una grave crisis por las acusaciones de acoso laboral y discriminación que han provocado la dimisión de varios directivos, entre ellos el presidente Mike Ybarra, que antes estuvo 20 años al frente de Microsoft. También se va Allen Adham, cofundador y director de diseño de la compañía. Según Spencer, estos cambios de liderazgo son «necesarios» para «reconstruir la confianza y la cultura» en Activision Blizzard.



​El recorte de personal también afecta a Xbox y Zenimax Media, que agrupa a estudios de desarrollo de videojuegos como Bethesda, id Software, Arkane o MachineGames, responsables de sagas como The Elder Scrolls, Doom, Dishonored o Wolfenstein. Estas empresas forman parte de la apuesta de Microsoft por reforzar su catálogo de juegos exclusivos y su servicio de suscripción Xbox Game Pass, que cuenta con más de 25 millones de usuarios.



​Microsoft no es la única compañía del sector que ha anunciado despidos en las últimas semanas. Riot Games, Google, Discord, Twitch, Unity o eBay han sido algunas de las empresas que han reducido su plantilla en todo el mundo, afectando a unos 6.500 trabajadores del sector de los videojuegos.



​La noticia de los despidos de Microsoft ha coincidido con el anuncio de sus resultados financieros del segundo trimestre fiscal de 2024, que han superado las expectativas de los analistas. La compañía ha registrado unos ingresos de 51.700 millones de dólares, un 18% más que el año anterior, y un beneficio neto de 18.600 millones de dólares, un 33% más. La división de videojuegos ha aportado 5.800 millones de dólares, un 13% más, impulsada por el aumento de las ventas de hardware, software y servicios.



Microsoft ha aprovechado la presentación de sus resultados para anunciar que ha alcanzado un nuevo máximo histórico en Bolsa, superando los 300 dólares por acción. Su capitalización bursátil se sitúa en 2,27 billones de dólares, por encima de Apple y Amazon, sus principales competidores.

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​Microsoft ha tomado una decisión difícil pero estratégica para adaptarse al mercado de los videojuegos, que es cada vez más competitivo y exigente. La compañía ha demostrado su capacidad para generar ingresos y beneficios, pero también su voluntad de invertir en el futuro de su negocio. Sin embargo, esta decisión tiene un coste humano y social que no se puede ignorar, y que afecta a miles de trabajadores que han contribuido al éxito de Microsoft y sus empresas asociadas.