La demanda fue presentada a principios de este año en el estado de Washington, Estados Unidos, y un juicio con jurado está programado para el 22 de enero de 2024. Según el documento judicial, al que ha tenido acceso IGN, Alm fue contratada por Bungie en mayo de 2022 como gerente de recursos humanos, con más de una década de experiencia en el sector.



​Pocos meses después de su incorporación, Alm dice que se le instruyó para investigar el rendimiento de un empleado en particular, al que se refiere como James Smith para proteger su anonimato. Pero cuando se sentó a hablar con Smith, él le habría señalado que era el único empleado negro en un equipo de 50 personas, y que se sentía señalado y discriminado racialmente por su supervisor.



​Alm afirma que compartió esta información con su supervisor y recomendó que el supervisor de Smith recibiera formación en diversidad, pero que su recomendación fue recibida con «hostilidad y negación». Dice que se le dijo que las personas a las que estaba recomendando tomar la formación «llevaban mucho tiempo allí» y «eran muy respetadas», y que su recomendación fue denegada.



​Durante una discusión posterior sobre el incidente, Alm dice que su supervisor le dijo además que «no quería tocar esas conversaciones ni con un palo». A continuación, Alm alega que Bungie recomendó terminar el contrato de Smith. Alm dice que no estuvo de acuerdo, diciendo que esto sería un sesgo racial, y en septiembre se acercó al director de equidad e inclusión de Bungie, el Dr. Courtney Benjamin, para pedirle consejo.



​Benjamin sugirió que se le diera una advertencia por escrito a Smith en lugar de despedirlo, porque terminar su contrato sería «demasiado arriesgado teniendo en cuenta las pruebas». Sin embargo, Alm alega que su supervisor se enfadó «extremadamente» con ella por haber contactado con Benjamin, y le dio una advertencia por escrito por correo electrónico. El supervisor de Alm también llamó a Benjamin para disculparse por haberse acercado a ella, supuestamente diciéndole que «no quería que pensara que era racista».



​Más tarde, en septiembre, Alm dice que fue colocada en la categoría de «necesita mejorar» durante una revisión, a pesar de haber tenido previamente excelentes críticas tanto de sus compañeros como de sus clientes, y que su supervisor le recomendó buscar una «salida», una forma de dejar el trabajo. Poco después, Alm dice que encontró su correo electrónico y su acceso a la plataforma Bungie cortados sin explicación, y que a pesar de varios intentos de contactar con su supervisor, no recibió respuesta durante varios días.



​A finales de septiembre, Alm fue informada de que su renuncia había sido aceptada, a pesar de insistir en que no tenía intención de renunciar y quería conservar su trabajo. Según IGN, Bungie simplemente niega la historia de Alm, pero no proporciona ningún contexto adicional ni una línea alternativa del tiempo.



​Este caso se suma a otros escándalos internos de la empresa, que ha sido acusada anteriormente de tener una cultura laboral tóxica, incluyendo sesgos raciales y de género. En junio del año pasado, IGN publicó un reportaje basado en entrevistas con más de 40 empleados actuales y anteriores de Bungie, en el que se revelaban casos de acoso sexual, discriminación salarial y falta de oportunidades para las mujeres y las minorías.



​En respuesta al reportaje, Bungie emitió un comunicado reconociendo los problemas y comprometiéndose a tomar medidas para mejorar su cultura y sus políticas. Entre las medidas anunciadas se encontraban la contratación de un director de equidad e inclusión, la creación de grupos de afinidad para apoyar a los empleados diversos, la revisión de los procesos de contratación y promoción, y la implementación de un sistema de denuncias anónimas.



​Sin embargo, estas medidas no parecen haber sido suficientes para evitar el conflicto legal con Alm, que pone en duda la efectividad de las iniciativas de diversidad e inclusión de Bungie. Además, la compañía ha sido recientemente criticada por usar el término Latinx en un tuit anunciando la creación de un grupo de afinidad llamado Latin at Bungie. El término, que pretende ser una forma inclusiva y neutral de referirse a las personas de origen latinoamericano, ha sido rechazado por una gran parte de la población hispana, que lo considera una imposición externa que altera su idioma. El tuit recibió miles de respuestas negativas y burlas, pero Bungie no lo eliminó ni se disculpó por ello.



​Bungie es una de las desarrolladoras más exitosas y populares del sector de los videojuegos, conocida por crear franquicias como Halo, Marathon y Destiny. Actualmente está trabajando en Destiny 2, un juego multijugador masivo en línea que se lanzó en 2017 y que ha recibido varias expansiones y actualizaciones desde entonces. También está desarrollando un nuevo juego con el nombre en clave Matter, del que se sabe poco excepto que será publicado por NetEase, una empresa china de juegos en línea.



​La demanda de Alm podría tener consecuencias negativas para la reputación y el funcionamiento de Bungie, así como para la moral y el bienestar de sus empleados. Es posible que la compañía tenga que enfrentarse a una indemnización económica si pierde el juicio, o a un acuerdo extrajudicial si decide evitar el escrutinio público. En cualquier caso, el suceso pone de manifiesto la necesidad de que Bungie revise sus prácticas y su cultura interna para garantizar un entorno laboral justo y respetuoso para todos sus trabajadores.