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Nokia N-Gage: el fracaso de un híbrido entre móvil y consola
En 2003, Nokia lanzó al mercado un dispositivo que pretendía revolucionar el mundo de los videojuegos portátiles: el Nokia N-Gage, una combinación de teléfono móvil y consola de juegos que prometía competir con la exitosa Game Boy Advance de Nintendo. Sin embargo, el proyecto resultó ser un desastre comercial y crítico, y se convirtió en uno de los mayores fiascos de la historia de los videojuegos.
Publicado: 2023-11-23 19:10 | Modificado: 2023-11-26 18:54
Nokia era en 2003 la empresa líder en el mercado de la telefonía móvil, con una cuota de más del 30% a nivel mundial. La compañía finlandesa había logrado innovar y diversificar su oferta de productos, ofreciendo móviles con cámara, reproductor de música, radio, navegador web y otras funciones que hoy nos parecen habituales. Sin embargo, Nokia también quería entrar en el mercado de los videojuegos portátiles, que estaba dominado por Nintendo desde hacía décadas. La idea era aprovechar la popularidad de los móviles y ofrecer una experiencia de juego superior a la de la Game Boy Advance, que se basaba en cartuchos y tenía una pantalla sin retroiluminación.
N-Gage se basaba en Symbian OS 6.1
Para ello, Nokia creó el N-Gage, un dispositivo que combinaba un móvil de la serie 60 con el sistema operativo Symbian OS 6.1 y una consola de juegos compatible con tarjetas MMC. Tenía una pantalla TFT de 2,1 pulgadas, un procesador ARM920T de 104 MHz, 3,4 MB de memoria interna, conectividad HSCSD, GPRS y Bluetooth, y un servicio en línea llamado N-Gage Arena que permitía el juego multijugador y la descarga de contenidos. Se anunció el 4 de noviembre de 2002 y se lanzó al mercado el 7 de octubre de 2003, con un precio de 299 euros.
Nokia tenía grandes expectativas con el N-Gage, y esperaba vender al menos seis millones de unidades en los primeros dos años. Sin embargo, el dispositivo se encontró con numerosos problemas y críticas que lastraron su éxito. Entre ellos, se pueden destacar los siguientes:
El diseño del N-Gage era poco ergonómico y estético
Tenía una forma de trapecio con los botones a ambos lados de la pantalla, lo que dificultaba el agarre y el control del juego. Además, el altavoz y el micrófono estaban situados en el lateral del dispositivo, lo que obligaba a ponerlo de lado para hablar por teléfono, valiéndole el apodo de taco phone (teléfono taco).
El cambio de juegos era muy engorroso
Usaba tarjetas MMC como soporte de los juegos, pero el lector estaba situado debajo de la carcasa y la batería, lo que obligaba a apagar el dispositivo, quitar la tapa, extraer la batería y cambiar la tarjeta cada vez que se quería jugar a otro juego. Esto era muy molesto para los usuarios, que estaban acostumbrados a la facilidad de los cartuchos de la Game Boy Advance.
El catálogo de juegos era escaso y de baja calidad
Contaba con unos 50 juegos disponibles, la mayoría de ellos conversiones de otros sistemas o títulos poco originales. Algunos de los más destacados eran Tomb Raider, Sonic N, Rayman 3, FIFA 2004 o The Elder Scrolls Travels: Shadowkey, pero ninguno de ellos aprovechaba las capacidades del N-Gage ni ofrecía una jugabilidad adaptada a la pantalla y los controles. Además, muchos de los juegos sufrían de problemas técnicos como bajos gráficos, sonido deficiente, largos tiempos de carga o bugs.
El precio del N-Gage era demasiado alto
Costaba 299 euros, lo que lo hacía más caro que la Game Boy Advance (99 euros) o que la PlayStation 2 (199 euros). Además, los juegos costaban entre 30 y 50 euros, mientras que los de la Game Boy Advance rondaban los 20 o 30 euros. Esto hacía que el N-Gage fuera poco atractivo para los consumidores, que preferían optar por sistemas más baratos y con más oferta de juegos.
Todos estos factores hicieron que el N-Gage fuera un fracaso comercial. Nokia solo vendió unos 400.000 N-Gage en el primer año, muy lejos de los seis millones que esperaba. La compañía intentó mejorar la situación lanzando una nueva versión del dispositivo en 2004. El N-Gage QD era más pequeño, más barato y más cómodo que el original, y solucionaba algunos de los problemas como el cambio de juegos o el altavoz lateral. Sin embargo, también eliminaba algunas funciones como la radio o el reproductor de música, y seguía teniendo un catálogo de juegos limitado y poco atractivo. El N-Gage QD tampoco logró levantar las ventas, y solo se vendieron unos 600.000 unidades en total.
Nokia finalmente abandonó el N-Gage en 2006, y anunció que trasladaría su plataforma de juegos a algunos de sus teléfonos inteligentes de la serie 60. Esta nueva versión del N-Gage se lanzó en 2008, y permitía descargar juegos desde una tienda en línea y jugarlos en el móvil. Sin embargo, el N-Gage 2.0 tampoco tuvo éxito, y fue clausurado en 2010.
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El N-Gage fue uno de los mayores fiascos de la historia de los videojuegos, y supuso un duro golpe para Nokia, que perdió prestigio y dinero con este proyecto. Fue un intento fallido de fusionar el móvil y la consola, y de competir con Nintendo en el mercado de los videojuegos portátiles. Sin embargo, el N-Gage no supo ofrecer una propuesta de valor que convenciera a los usuarios, y se quedó en un producto mal diseñado, mal ejecutado y mal promocionado. El N-Gage es un ejemplo de cómo no hacer las cosas en el mundo de los videojuegos, y de cómo una gran idea puede convertirse en un gran fracaso si no se tiene en cuenta las necesidades y expectativas de los consumidores.
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