La industria de los videojuegos atraviesa una crisis que se ha traducido en numerosos despidos en empresas grandes y pequeñas. La comunidad está preocupada y cree que las figuras relevantes del sector deberían hablar sobre el tema. Sin embargo, hay una persona que ha optado por el silencio: Geoff Keighley, el conocido presentador y organizador de The Game Awards y otros eventos de renombre. Su actitud ha generado una ola de indignación y rechazo entre desarrolladores y jugadores, que le acusan de no representarlos ni apoyarlos.

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Geoff Keighley es una de las caras más visibles de la industria de los videojuegos. Su trayectoria profesional le ha llevado a presentar y producir programas de televisión, podcasts, documentales y eventos relacionados con el mundo de los videojuegos. Su proyecto más ambicioso y exitoso es The Game Awards, una ceremonia anual que premia a los mejores juegos del año y que se ha convertido en una plataforma para anunciar novedades y lanzamientos. Keighley también ha participado en otros eventos como el Summer Game Fest, el Opening Night Live de la Gamescom o el Tribeca Games Spotlight.
Con este importante trayecto dentro del sector, muchos consideran a Keighley como un portavoz y un referente de la industria de los videojuegos. Sin embargo, su imagen se ha visto seriamente dañada por su falta de posicionamiento ante los despidos masivos que han afectado a muchas compañías y trabajadores de la industria. En los últimos meses, se han producido, o se van a producir, recortes de personal en empresas como Sony, Activision Blizzard, Electronic Arts, Ubisoft, Square Enix o Telltale Games, entre otras. Estos despidos han provocado una situación de precariedad, inestabilidad e incertidumbre para muchos desarrolladores, que han visto peligrar sus proyectos, sus carreras y sus medios de vida.

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Ante esta realidad, la comunidad gamer ha mostrado su solidaridad y su apoyo a los afectados, y ha exigido mejores condiciones laborales y más respeto por el trabajo de los creativos. Muchos esperaban que Keighley, como una figura influyente y reconocida, hiciera lo mismo y alzara la voz para denunciar la situación y defender los derechos de los trabajadores. Sin embargo, Keighley ha optado por el silencio y la indiferencia, y no ha hecho ningún comentario ni ha compartido ninguna noticia sobre los despidos en sus redes sociales ni en sus eventos.
Esta actitud ha generado una gran decepción y una fuerte crítica por parte de desarrolladores y jugadores, que han expresado su malestar y su rechazo a Keighley en las redes sociales. Muchos le han acusado de no representarlos ni apoyarlos, y de estar más interesado en impresionar a sus amigos de Hollywood y a las grandes corporaciones que en defender los intereses de la industria y de la comunidad. Algunos incluso han cuestionado la legitimidad y la credibilidad de The Game Awards, y han pedido que se boicotee el evento o que se busque una alternativa más justa y representativa.

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Muchos usuarios han compartido sus experiencias personales o de conocidos que han sufrido despidos o malas condiciones laborales en la industria de los videojuegos, y han pedido más apoyo y más visibilidad para el problema. También han expresado su deseo de que se cree un evento alternativo a The Game Awards, que sea más inclusivo, diverso y participativo, y que reconozca el trabajo y el talento de los desarrolladores.
Por su parte, Geoff Keighley no ha hecho ninguna declaración al respecto, y ha seguido con su agenda habitual de publicar y promocionar noticias y eventos relacionados con los videojuegos. Muchos usuarios consideran que el interés de Keighley se centra en acercarse al mundo del cine y de ignorar la realidad de la industria de los videojuegos.

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En cualquier caso, Geoff Keighley se ha convertido en el blanco de las críticas de la comunidad de los videojuegos por su silencio y su indiferencia ante los despidos masivos, su imagen se ha deteriorado y su credibilidad está en entredicho. El tiempo dirá si en un futuro cercano muestra mayor empatía y se recupera su actual mala imagen.